A veces me resulta asombrosa la facilidad con la que algunas personas opinan sobre temas que no conocen de primera mano, simplemente porque han oído, han visto en la tele, un conocido les contó, le pasó a una amiga de una amiga…
Y es que parece muy fácil sacar una conclusión generalizada basada en estas informaciones seleccionadas y muchas veces sesgadas, pero ¿esas conclusiones son válidas?
Digo esto porque últimamente se habla mucho del tema au pair, y hemos visto en la tele a chicas que han viajado a Reino Unido con toda la ilusión del mundo contando cómo eso no era lo que ellas esperaban, y cómo lo que prometía ser una gran experiencia acabó convirtiéndose en una pesadilla.
Pero parémonos a pensar una cosa, los medios de comunicación tienden a ser sensacionalistas (es lo que vende). Por supuesto que hay casos de chicas que tienen malas experiencias como au pairs, yo misma he conocido algunos, pero me atrevería a decir que es un pequeñísimo porcentaje de todas las que participan en este tipo de programa.
Se habla de explotación laboral, que es una palabra muy fuerte y que se utiliza generalizadamente en relación con este tipo de programas y seguramente en muchos casos por personas que, como decía antes, ni siquiera han vivido esta experiencia.
Yo te quiero decir lo que pienso al respecto porque, como au pair que fui hace ya unos años y como agente que soy ahora enviando a chicas a diferentes programas de este tipo, creo que puedo aportar una opinión basada en mi experiencia desde diferentes puntos de vista.
Y lo quiero hacer porque me entristece bastante ver como muchas chicas renuncian a vivir esta gran experiencia por la mala fama que se está creando en torno al asunto.
Una experiencia que, como digo, yo misma viví cuando tenía 18 años y de la que solo guardo buenos recuerdos, pues aunque me puede encontrar con pequeñas dificultades aprendí a superarlas y eso me ayudó a madurar, a aprender a valerme por mí misma.
Y, por supuesto, una experiencia que me permitió realizar una inmersión total en el idioma que de otra forma no habría podido costearme; si yo hoy en día hablo inglés es en gran parte gracias a mi estancia como au pair.
Lo primero que hay que tener claro es que los programas de au pair son programas de intercambio cultural en los que ambas partes implicadas sacan un beneficio.
En el caso de la familia, una persona que cuida de sus niños con un coste más bajo que si contratase una nani (no nos engañemos, si tuviesen que pagar lo mismo a la au pair sin duda preferirían contratar una niñera local profesional que además no tuviese problemas con el idioma y que además no tuviese que vivir con ellos). En el caso de la au pair, la oportunidad de aprender el idioma costeándose la estancia.
Por otra parte, este intercambio cultural también resulta una experiencia gratificante para ambas partes en cuanto a que la ofrece la posibilidad de convivir con personas de otros países y aprender mucho de ello, algo que a mi modo de ver resulta realmente enriquecedor para niños, padres y au pairs.
Y así es como yo lo vi en su día (y como creo que se debería ver), no como una forma de ir a otro país a trabajar y ganarme la vida, sino como la oportunidad de vivir una temporada en Inglaterra, conocer la cultura inglesa conviviendo con una familia, y aprender inglés sin tener que hacer un gran desembolso económico. Sin más pretensiones.
Por supuesto que se deben de cumplir unas condiciones mínimas (una remuneración en forma de alojamiento, comidas, dinero semanal de bolsillo, etc. acorde al número de horas que trabajes), ya que si no sí que podríamos hablar de explotación.
De hecho los programas de au pair autorizados las cumplen, y en algunos de ellos son realmente muy ventajosas para la au pair, como por ejemplo el programa Au Pair in America. Mira el blog de esta chica en el que cuenta su experiencia.
Hace tiempo leí en el blog de au pair, en el que hablaba sobre su experiencia, como recomendaba a las chicas que estuvieran interesadas que no se les ocurriera nunca pagar para encontrar una familia, porque en internet hay webs en las que puedes contactar con familias de forma gratuita.
No me parece un consejo muy acertado, la verdad, porque mientras tengas suerte y encuentres una buena familia no pasa nada pero, ¿qué pasa si te presentas allí y la familia no es lo que parecía? ¿o si te hacen trabajar más horas de las que te habían dicho? ¿o si te pagan menos de lo que habíais acordado?
Ay amiga, ahí está el problema, ¿a quién vas a ir a reclamar entonces?
Sin embargo, si organizas tu estancia con una agencia acreditada tienes la garantía de que si algo de lo que has acordado con tu familia no se cumple puedes pedir que te cambien a otra.
Porque los programas de au pair controlados tienen un trabajo detrás de selección y seguimiento tanto de las familias como de las au pairs y, claro está, eso cuesta un dinero, pero también ofrece una garantía.
Soy perfectamente consciente de que por causas de diversa índole la estancia de una au pair con su familia anfitriona puede no ser agradable, o en el peor de los casos llegar a ser desastrosa, aun incluso si se ha organizado a través de una agencia.
Y no estoy hablando solo de casos extremos en los que se incumpla lo acordado, sino simplemente de problemas derivados del choque cultural, de la diferencia de costumbres, de formas de ser, etc. Puede ser que no te lleves bien con tu familia, que no compartas sus costumbres, que no te sientas a gusto en su casa, que no tengas feeling con los niños. Pueden pasar un montón de cosas.
La convivencia no es fácil, y en el momento que decides ir a vivir con una familia que no es la tuya esto lo debes de tener en cuenta y afrontarlo con la mayor tolerancia y con la mente lo más abierta posible.
Piensa que ellos también están haciendo un gran esfuerzo y, sobre todo, un enorme ejercicio de confianza, porque no solo te están abriendo las puertas de su casa sino que te están confiando lo que para ellos es lo más importante, sus hijos.
Lo que me gustaría que entendieses con esto es que las malas experiencias existen y, además, en ambos lados. De la misma forma que hay au pairs que lo pasan mal, también hay familias que tienen verdaderos problemas con sus au pairs.
Y precisamente esto es lo que tratamos de evitar desde las agencias. Porque está claro que las pequeñas diferencias o roces del día a día se deben hablar e intentar solucionar para que no se conviertan en problemas. Poniendo buena voluntad por ambas partes y con una buena comunicación se puede conseguir.
Pero si el problema persiste o se va haciendo cada vez mayor y ves que no hay forma de solucionarlo, vas a tener un coordinador local al que puedes acudir para que medie o para que te cambie de familia si se considera oportuno.
Si quieres puedes echar un vistazo a este post en el que se enumeran una serie de razones por las que buscar la familia a través de una agencia.
Con todo esto yo te haría dos sencillas recomendaciones a modo de conclusión:
Y, sobre todo, no dejes pasar la oportunidad de hacerlo si realmente te apetece por lo que oigas por ahí. Habla con gente que haya sido au pair, pide a tu agencia que te ponga en contacto con chicas que ya lo hayan hecho, investiga un poco y verás como encuentras muchas más experiencias positivas que negativas.
Si ya has sido au pair y nos quieres contar la experiencia estaremos encantadas de escucharla, haya sido buena, mala o regular.
Yo por mi parte te dejo esta foto con Wendy, una de las niñas a las que cuidé cuando fui au pair en Inglaterra, que tiempos aquellos… ☺
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