Algo que llama la atención a nuestros estudiantes es la gran importancia que tiene el alumno en el sistema educativo estadounidense.
El modelo de clase no se basa en escuchar al profesor y tomar apuntes, sino que las clases son dinámicas y participativas, los estudiantes tienen que trabajar, a veces en grupo, dialogar y exponer en clase.
El objetivo de este dinamismo es que los estudiantes aprendan a hacer, y por eso también son tan importantes las actividades extraescolares, que sirven como complemento al currículo educativo.
El sistema educativo en Estados Unidos se basa en la idea de que todos somos buenos en algo. El profesor es como una especie de orientador o guía, cuya función principal es ayudar al estudiante a desarrollar al máximo sus capacidades y habilidades.
Si es un buen estudiante, se la apoya para llegar a ser mejor, si es especialmente bueno en algunas materias, se le motiva para que potencie esas cualidades y se le ayuda para superar las dificultades en otras.